viernes, 14 de enero de 2011

No more Tears

Creo que tengo la gripe rondándome, me he vuelto a sentir tan deshuesada como cuando entré en depresión. La mañana ha sido dura y he avanzado muy poco con el trabajo pendiente. Esta tarde, a cambio de la siesta, he hecho una larga relajación, después trabajé un rato y el resto del tiempo me he dedicado a la risoterapia: a reirme hasta el dolor de estómago. Tenía hoy muchas cosas que escribir pero llevo ya muchas horas de ordenador. Después de un par de meses (intentando en vano encontrar en interner el "driver perdido") , estoy disfrutando de haber recuperado (¡por fin!) el sonido. Tuve que llevarlo para que me lo arreglaran.
 
Encontré una canción de un disco que compré hace muchos años. La escuché mucho entonces. Es curioso cómo los olores y los sonidos llaman recuerdos de cosas olvidadas. Al oirla recordé detalles de aquellos días. Entonces, el que hoy es mi a-marido iba a verme y precisamente fue en aquellos días cuando me dijo adios porque había vuelto con su primera mujer de la que, en aquellos tiempos sin divorcio, estaba legalmente separado... Nos despedimos y la vida siguió. ¿Qué fue de aquél hombre integro?. ¿Cuándo se muere un hombre?
 
Dentro de pocas semanas explicaré las propiedades disolventes del alcohol, su capacidad deshidratante y pensaré en él... ¡Ay el alcohol!
 
Al menos ya he aceptado que lo tengo que dejar morir. He hecho lo que he podido.
Mi vida sigue y, hoy he escuchado esta otra versión de aquella canción del 79:
 
 
"La vida exige a todo individuo una contribución y depende del individuo descubrir en qué consiste".(Viktor Frankl)