sábado, 8 de enero de 2011

8 de enero de 2011

Ayer me tomé dos dosis de ansiolíticos, era natural que durmiera más de la cuenta. No soy amiga de tomarlos y creo que podría haber pasado sin hacerlo pero opté por liberar por esta via a mi cerebro de la sobrecarga emocional que tenía. Amaneció un día precioso y lo he aprovechado bien: contacto con la naturaleza, ejercicio, comida suave, lectura, paz interna...
Tengo a mi disposición un pequeño ordenador que se conecta via wifi que me permite escribir un poco.
Fundamentalmente he ocupado mis pensamientos en mi, discutiendo con "mi charlatana", esa especie de diablillo interno que es capaz de "hablar" sin parar hasta volvernos locos.
Curiosamente hoy nos hemos puesto de acuerdo en casi todo, ¿un resumen?, allá va:
 
    • Soy una persona que vale la pena.
    • Merezco ser amada.
    • Soy amable.
    • Puedo hacer todo lo que me proponga.
     
¿Qué dónde estoy?.  
El día 19 de diciembre, mi a-marido (*) me comunicó que se iba el día 22 (viaje comprado el día 15) y que volvía el día 6. Ha sido mi primera nochebuena sola. Después decidió volver antes.
Con revistas y papeles le hice un árbol de navidad y un nacimiento (¡Cuántas horas de ilusión!). Llevaba 20 días de abstinencia pero cuando llegó ya había bebido. Conseguí que no lo hiciera el día siguiente... pero ...¡de nuevo empezó la locura!, las huidas y ese espantoso olor en su piel.
Yo había reservado dos días de hotel como regalo de reyes y aquí estoy, ¿por qué no? 
 
 
(*) Desde hace tres días es futuro ex-a-marido. A es una partícula negativa pero aquí significa alcohólico.