sábado, 22 de enero de 2011

Añicos, alfileres y el rosario de su madre

Dos días después de que me pegara la amiga de mi a-marido volví a la casa.
¿Por qué volví?, por varios motivos:
  • tenía la esperanza de recuperar mi ropa; (bata de pirineos azul, vieja pero mia, pantalón de chandal negro con cintura rosa y una camiseta recien estrenada de color un tanto indefinido que compré este verano en Primark)
  • "presuntamente" iba para llevarlo a ingresar para una desintoxicación y
  • tenía una curiosidad enorme por saber cómo estaba la casa.
La amada había desaparecido con la bolsa de las cosas que yo había sacado de la nevera para traérmelas a casa, porque las había comprado yo. Antes había roto un jarrón en el salón, un par de muñequitos en la cocina y algunas cosillas en el otro cuarto. ¡La casa era un campo minado!. Aparte de sus cosas y de mi ropa no había recogido nada (que yo sepa)
Mi a-marido posee muchas habilidades entre las que cuenta caminar con los pies descalzos sobre los cristales rotos sin sentir dolor (¡gracias a las generosas dosis de JB que se administra!) pero no controla el sangrado así que tenía los pies de pena. (Lo de ir a ingresarse era mentira por supuesto).
Le recogí la casa, le puse sábanas limpias... pero no saqué ni una pelusa a la basura. Vino un amigo de él y salimos juntos.
Hoy he sabido que el cerrajero tuvo dificultades porque la llave estaba echada y "yo" la había pasado... Ha sido inútil decirle que yo no llevé las llaves, (él las buscó en mi bolso mientras yo conducía), que por eso no pudimos abrir el garaje y él subió primero a la casa... ¿Contarle su vida?...
Aquel día, cuando volvió de tomarse otra dosis, vio la casa como estaba (revuelta pero sin roturas), salimos juntos y yo bajé delante de él las escaleras.. ¡No se acuerda de nada!
No consigo ni apenarme ni sorprenderme demasiado. El deterioro mental va muy rápido. He hecho todo lo que humanamente he podido pero...
Curiosamente la cajita de los alfileres se había salido del piso bajo de la caja de los hilos y saltado desde lo alto del mueble hasta abajo donde yacían convenientemente esturreados.  Los recogí con un imán. Me acordé del imán que tenía mi abuela, en forma de herradura y ahí me surgieron recuerdos de objetos antiguos que he empezado a recopilar para mi otro blog.
Lo que no he borrado de mi mente es el rosario colgado sobre mi ultrajada cama... ¿Pura obra de una descerebrada? ¿Intención sacrílega?... No me gustan las burlas con objetos religiosos, menos porque la que fue su dueña está muerta.