martes, 1 de mayo de 2012

Abril 2006



     Para que no hubiese lugar a dudas en mi mente sobre sus intenciones, en uno de aquellos primeros correos de 2006 hablaba de que a veces ”había pensado en mi y en lo que pudo haber sido y no fue”
    
    Mientras tenía lugar ese primer intercambio de correos, la pareja continuaba su relación. El presunto solitario me mandó un primer correo el cinco de abril, pero el día 8 compartía cama con la que me pegó, como pude saber años después por las fotografías que “documentaron” el acontecimiento. En aquella ocasión debieron discutir (como siempre), se debieron despedir (para siempre, como siempre). Enseguida él me invitó a pasar unos días en la playa, yo dije que no y el día 14 se fue solo. Ese día llegué a mi casa y encontré el teléfono con 6 o 7 llamadas y un mensaje de texto que decía ¡viva la república!... las hizo por la mañana desde el aeropuerto mientras esperaba su embarque.
Ese mismo día por la tarde, la parejita estuvo chateando, (¿no se habían separado para siempre?)  
  • Ella: ¿a quién dices que has felicitado por el día de la república?;
  • Él: “a amigos”
  • Ella: “seguro que a una mujer ¿a quién te estarás camelando?”
  • Él: “¿te quieres casar conmigo?”

… así pasaron los días, él en la playa pegado al chat encelándola y, cuando ella no estaba al otro lado del ordenador, me mandaba mensajes a mí (¡yo era imprescindible para darle celos!) y por fin consiguió que ella fuera a estar con él en estos días que rodean el primero de mayo…De nuevo más fotos recuerdan las fechas y horas.

    Pasaron los días, volvió y por fin, el 11 de mayo accedí a tomar café con aquel hombre del pasado que tanto y tanto había insistido en verme (¡¡¡y verme lejos del ambiente donde años atrás nos encontramos!!! Sin testigos)

…Aunque la temperatura en la habitación es baja estoy llena de sudor frio…¡Me siento tan sucia!..., no, no hay goma de borrar para estos recuerdos.

  Supongo que me preparó con la maestría de un auténtico psicópata para desencadenar la celotipia de su idolatrada. Supongo que cuando la saca de quicio la manipula como a un pollo; a cambio de regalos, dinero y viajes ella se calma y a cambio de que se muestre sumisa y agradecida él le permite “ganar a la otra” (en mi caso con derecho a agresión física incluida y es posible que no haya sido la única)   … y la historia se repite una y otra y otra y otra vez. Él, por su parte necesita manipular para mantener la poca autoestima que le queda. Lo hizo con su primera mujer, con su hija, con su tía… probablemente con todos los que económicamente lo han necesitado y lo intentó con su madre, hermano.

     Acepto que me equivoqué, no debí ir a verlo, pero nunca me había encontrado individuos de esta catadura, ¿cómo iba a detectarlo?
¡Ay el orgullo herido!