miércoles, 23 de mayo de 2012

Co-alcoholismo


      Una mujer al lado de un adicto, al que quiere y cuida, desarrolla unas creencias y unos comportamientos que se conocen como codependencia en general y que se pueden resumir en que:

Se convierten en adictas a salvar al adicto

      Lo personalizo en las mujeres porque son las que suelen asumir este papel de “salvadictos”, especialmente las esposas o novias, aunque también las hijas y las madres se convierten en codependientes. Recientemente se ha publicado el libro de  Isabel Sartorius,  Por ti lo haría mil veces, en el que cuenta su codependencia con su madre adicta a la cocaina. Cabe suponer que las mujeres se sienten capacitadas (¡yo puedo!), necesitadas (¡me necesita!) e imprescindibles (¡no tiene a nadie!) hasta el punto que, en algunas situaciones, la curación del adicto implica un golpe para el codependiente. Con frecuencia, si se trata de una pareja, la curación supone la ruptura y la búsqueda de otra pareja a la que ayudar. Alternativamente, en el caso de parejas, es posible que “la parte enferma” decida no curarse o recaer para evitar la perdida de su “pareja curadora”. La partida ha comenzado, el juego termina con la muerte.

      El fenómeno de este diabólico acople del adicto y su salvadora es más universal de lo que se cree. Muchas mujeres caen en él, da lo mismo que el hombre sea adicto al trabajo, a las drogas o a poner cuernos: ¡Ella conseguirá que cambie! (¡y si lo hace se busca a otro al que salvar!)
Robin Norwood describe muy bien este fenómeno en su libro Mujeres que aman demasiado. Se da la casualidad que observó por vez primera este comportamiento en las mujeres de alcohólicos. Es un libro que debo volver a leer.

      No me considero codependiente pero ¿y si estoy equivocada? Yo también creí: a) que él quería dejar el alcohol, b) que con mi ayuda lo lograría (¡que majadería!)…. Es cierto que en el centro de desintoxicación me dijeron: “contigo se ha equilibrado mucho…” pero…
¡ay las razones de la sinrazón!

     La creencia general de que amar es sufrir nos induce a este tipo de comportamientos patológicos. Aunque la sanación es un trabajo personal y cada uno debe encontrar su camino creo que todos tenemos que empezar por eliminar aquello que nos impide ser felices
¿o no?
¡Tengo que seguir profundizando en este tema!