domingo, 29 de abril de 2012

Bevor du urteilen willst über mich und mein Leben


Bevor du urteilen willst über mich und mein Leben,
ziehe meine Schuhe an und laufe meinen Weg,
durchlaufe die Straßen, Berge und Täler, 
fühle die Tränen, erlebe den Schmerz und die Freude, 
durchlaufe die Jahre, die ich ging,
stolpere über jeden Stein, über den ich gestolpert bin,
stehe immer wieder auf und gehe genau die selbe Strecke weiter... 
genau wie ich es tat.
Und erst DANN kannst du urteilen.

     Me he encontrado este texto en internet y he tratado, en vano, de saber quién lo escribió. Entre las múltiples variantes que circulan por la red elegí la que más me gustó Me ha parecido una magnifica receta para ejercitar la empatía, la prudencia y el respeto por los demás y me atrevo a traducirlo:
    Antes de juzgarme a mi y a mi vida, cálzate mis zapatos y anda mi camino, atraviesa mis calles, mis montes y valles, siente mis lágrimas, vive mis penas y mis alegrías, recorre los años que viví, tropieza en cada piedra en las que yo he tropezado, ponte en pie de nuevo y sigue exactamente el mismo trecho otra vez…
Exactamente como yo he hecho
…y solo entonces podrás juzgarme.


Hace apenas dos días oí el testimonio de una persona que tuvo una experiencia personal muy especial. Acababa de pasar por una mala vivencia en la que le habían hecho mucho daño y en un sueño revivió la misma situación pero en el lugar de las personas que le había infringido el daño. Contó que después de aquello se dio cuenta de las razones que habían tenido los otros y, además, recordó una vez en un caso muy similar, en la que fue él el que lastimó a otra persona. Consiguió perdonar y perdonarse.

Sería ideal que, cuando tenemos conflictos, nos pudieramos poner en lugar de los demás y colocar a los demás en el nuestro

...No, no me gusta lo que estoy pensando, ¡pero sonrio!