lunes, 16 de abril de 2012

Casualidades

Recientemente me he interesado por la programación neurolingüísta (PNL) pero no sucumbiré de momento a la tentación de explicar lo que es porque aún no “estoy madura” para intentarlo. Aparte de comprar un par de libros que tengo empezados, he hecho búsquedas por Internet.
Casualmente, buscando otra cosa, apareció hoy ante mis ojos, una aplicación de la PNL a la superación de la infidelidad y al lado (es un blog) me encuentro con un escrito con el título ¿se debe perdonar la infidelidad? (me dejo aquí el enlace)
Lo he leído y releído y opino que es  lo más concreto y sabio que he leído hasta hoy sobre el tema. Dramas aparte me parece de una sensatez de las que hoy no se usan la forma en que resume los posibles casos que se pueden dar y creo que pone todos los puntos sobre las íes.
Copio un trozo que no tiene desperdicio (el color rojo lo he puesto yo para no olvidar lo vivido):

…debe quedar muy claro que los infieles crónicos sea cual sea su tipo no deben tener oportunidades. La carencia de afecto hacia su cónyuge en estos casos es absoluta y presentan las siguientes características:
1) Una relación con un infiel crónico no es una relación de pareja real, es una relación sin sentido.
2) El infiel crónico carece de toda clase de amor hacia su pareja.
3) El infiel crónico puede ser una persona psicópata o enferma mental y por lo tanto peligrosa.
4) La infidelidad crónica puede implicar otros males como violencia intrafamiliar, alcoholismo y hasta conductas claramente delictivas.
5) La víctima de infidelidad en este caso se expone a contraer enfermedades de transmisión sexual de todo tipo y hasta la muerte por SIDA, Sífilis ó Hepatitis B ó C.
6) La víctima se expone a ser agredida por el o la amante de su cónyuge por celos pasionales.
7) La víctima pasa la vida sufriendo y luchando contra la corriente.
8 ) La víctima tiene tan lastimada su autoestima, que se produce un círculo vicioso de dependencia de su cónyuge del cual es difícil salir.
Casualmente hace pocos días le dije al amigo de la que me pegó (que es el único título que le concedo a ese señor en mi vida) que (yo) pensaba que (él), además de ser un alcohólico, tenía un trastorno que le impedía sentir empatía por los demás seres humanos y que yo pensaba que era un psicópata…
Casualmente hoy me encuentro con la frase de Cicerón
“De hombres es equivocarse, de locos persistir en el error”
¡Ay de mi locura!