Este
día que ya muere, 6 de junio, es de multi-recuerdo. Podría contar varias cosas que
me ocurrieron este día en distintos años; todas buenas
menos las de los años pasados con el alcohólico. Van las últimas:
2010
Hace dos años, tal día como hoy, aprovechando que yo estaba enfadada (¡y
lo demostraba verbalmente!) por su vuelta al alcohol y por los recién estrenados “nuevos cuernos”
(con-la-de-siempre-como-siempre), me pidió que me fuera de la casa… Lo digo con
elegancia, el tono y las palabras fueron
las de un comandante al último de sus soldados… Lo mande a la mierda pero me
fui…
No tenía mi coche pero no quiso ni
acercarme al bus, dinero para un taxi
tampoco (yo no tenía)… ¡A la calle como una cualquiera por protestar por unos “cuernecillos”
de nada!
Eran cerca de las 23:30 cuando llegué a
mi casa empapada bajo la lluvia y los ojos derramando lágrimas de rabia…
¿Por qué lo perdoné entonces?
¡¡¡IDIOTA!!!
2011 Hoy se
cumple un año que entré por última vez en
aquella casa donde me han puesto cuernos, insultado, pegado, robado, herido,
roto las gafas, descoyuntado… (¿por qué? y ¿para qué?)... Lo malo fue lo que sentí aquel día… ¿¿O
fue bueno??...
Llegado este
momento y, como siempre, sin ningún tipo de arrepentimiento por la otra parte ya
no ha habido ni habrá más perdón para los culpables. Creo que no me queda más
generosidad para perdonar. ¿No soy suficientemente buena?... ¡vale!, lo acepto
pero ya había perdonado mucho y me niego a sentirme mal por ello. No sé de venganzas, no está en mi diccionario,
creo firmemente que la vida los ajusticiará
por todo lo malo que me han hecho…
Seguiré buscando
qué y a quién perdonar o pedir perdón pero a los “sin-pecado” que los
juzgue su Dios…
Casualmente me
encuentro esta frase de Borges:
Yo no hablo de venganzas ni de
perdones;
el olvido es la única venganza y
el único perdón
Estoy de acuerdo.
¿Dónde borran memorias que quiero perdonarme?
¡Ay el perdón borracho!