Para que
no hubiese lugar a dudas en mi mente sobre sus intenciones, en uno de aquellos
primeros correos de 2006 hablaba de que a veces ”había pensado en mi y en lo
que pudo haber sido y no fue”
Mientras
tenía lugar ese primer intercambio de correos, la pareja continuaba su
relación. El presunto solitario me mandó un primer correo el cinco de abril,
pero el día 8 compartía cama con la que me pegó, como pude saber años después
por las fotografías que “documentaron” el acontecimiento. En aquella ocasión debieron
discutir (como siempre), se debieron despedir (para siempre, como siempre).
Enseguida él me invitó a pasar unos días en la playa, yo dije que no y el día
14 se fue solo. Ese día llegué a mi casa y encontré el teléfono con 6 o 7 llamadas
y un mensaje de texto que decía ¡viva la república!... las hizo por la mañana
desde el aeropuerto mientras esperaba su embarque.
Ese mismo
día por la tarde, la parejita estuvo chateando, (¿no se habían separado para
siempre?)
- Ella: ¿a quién dices que has felicitado por el día de la república?;
- Él: “a amigos”
- Ella: “seguro que a una mujer ¿a quién te estarás camelando?”
- Él: “¿te quieres casar conmigo?”
… así
pasaron los días, él en la playa pegado al chat encelándola y, cuando ella no
estaba al otro lado del ordenador, me mandaba mensajes a mí (¡yo era imprescindible
para darle celos!) y por fin consiguió que ella fuera a estar con él en estos
días que rodean el primero de mayo…De nuevo
más fotos recuerdan las fechas y horas.
Pasaron
los días, volvió y por fin, el 11 de mayo accedí a tomar café con aquel hombre
del pasado que tanto y tanto había insistido en verme (¡¡¡y verme lejos del
ambiente donde años atrás nos encontramos!!! Sin testigos)
…Aunque
la temperatura en la habitación es baja estoy llena de sudor frio…¡Me siento
tan sucia!..., no, no hay goma de borrar para estos recuerdos.
Supongo que me preparó con la maestría de un
auténtico psicópata para desencadenar la celotipia de su idolatrada. Supongo
que cuando la saca de quicio la manipula como a un pollo; a cambio de regalos,
dinero y viajes ella se calma y a cambio de que se muestre sumisa y agradecida
él le permite “ganar a la otra” (en mi caso con derecho a agresión física
incluida y es posible que no haya sido la única) … y la
historia se repite una y otra y otra y otra vez. Él, por su parte necesita
manipular para mantener la poca autoestima que le queda. Lo hizo con su primera
mujer, con su hija, con su tía… probablemente con todos los que económicamente lo
han necesitado y lo intentó con su madre, hermano.
Acepto que me
equivoqué, no debí ir a verlo, pero nunca me había encontrado individuos
de esta catadura, ¿cómo iba a detectarlo?
¡Ay el
orgullo herido!