miércoles, 29 de febrero de 2012

29 de febrero, un día especial

           No me olvido de que hoy es el cumpleaños del hombre que se enamoró de mi. Probablemente no sea el único que se ha enamorado de mi, pero cuando (¡7 años después de no saber el uno del otro!) me lo contó, yo supe que era verdad. Se podría decir que las personas que han pasado por el estado "enamorado", cuando hablan de ello, emiten en frecuencias que sólo pueden captar los que han vivido lo mismo... El año que volvió a decirme que no me había podido olvidar era bisiesto y el 29 de febrero cenamos juntos. Nos vimos varias veces, charlamos y charlamos hasta que, un día desapareció...

          En la pared, a mi izquierda está colgado un buho que me regaló, lo hizo para mi y me sigue pareciendo precioso.

          Donde quiera que estés y aunque nunca vayas a leer estas líneas, quiero decirte que siento no haber hecho más tramo del camino de la vida contigo... Probablemente eres de lo único que me arrepiento... pero deseo con fuerza que ahora seas muy feliz, más feliz que yo y esta noche te mandaré un beso especial.
¡Feliz cumpleaños!

...

¡Vaya! ya de mi salió
la primera carta de perdón

¿Me perdonas amigo del alma?


¡Ay el alcohol!

domingo, 26 de febrero de 2012

Ejercicio para el espíritu

            En estos tiempos que vivo me resulta muy difícil escribir pero forma parte de las cosas que me obligo a hacer: Ejercicios de cuerpo, ejercicios de mente y ejercicios de espíritu. Yo no diferencio muy bien entre la mente y el espíritu, (o ¿quizá debo decir que no sé la diferencia que tiene para los que establecen estas categorías?). Lo importante es que escribir es el ejercicio espiritual que he elegido.
         ¿Qué pretendo obtener o qué se supone que obtendré con este ejercicio?...Las respuestas son: Nada y no lo se. A lo largo de mi vida escribir ha sido una diversión, algo agradable o calmante. A veces la forma de revivir  las cosas buenas, otras de enfrentarme a las malas delimitándolas o simplemente otra manera de pensar: pausadamente, al ritmo del rastro de la punta del grafito o del hilillo de tinta que aparece como por encanto sobre el papel. Pienso en el papel aunque hoy escribimos en ese ente extraño que se llama chip, ¿o estoy equivocada y las letras van a otra parte...?
Los que si han cambiado a lo largo de mi vida son los destinatarios de estos escritos. Recordé ahora la correspondencia con una amiga francesa, duró más de un año y creo que fue la primera persona con la que mantuve una correspondencia continuada.  ¡Qué emocionante resultaba abrir el buzón de las cartas y recibir noticias de tan lejos!
        Si, está claro que escribir hace que el cerebro se revolucione y empiece a sacar cosas que ni te esperas. ¡Bien!...misión cumplida ya he escrito...
        No, la misión que tengo que lograr es escribir cartas pidiendo perdón y no puedo... Perdonar es uno de los pasos necesarios para sanar lo que viví en estos últimos 5 años ...
...
                  ¡¡¡¡No, no, no y no quiero escribir sobre el perdón!!!!!!
....
           Lo cierto es que he perdido a un pariente en primer grado y eso supone que tengo que pasar el duelo. 
También se que el pasado se fue y que ahora tengo que construir un nuevo futuro lo que supone CAMBIOS y CAMBIOS y CAMBIOS. ¡¡¡¡Vale, vale, vale!!!!... pero ya no soy lo que dice joven, si fuera joven ya estaría encontrando miles de cosas nuevas que hacer (¡y con quién!)
       A pesar de todo he decidido enfrentar un cambio de mejora y el primer paso para cambiar es saber exactamente lo que quiero cambiar en mi vida, lo que quiero conseguir, hacia donde quiero ir. Si no sé eso, no puedo encontrar el camino que debo seguir (¡"Si no sabes a dónde vas terminarás en cualquier otra parte"!).
Cuando lo sepa, lo perfilaré y no dejaré de pensar en ello y de soñarlo hasta que ocurra.
                     (¡Ojo con lo que sueñas porque se cumple!)
Mientras tanto hago ejercicios de mente, de cuerpo y de espíritu y voy pensando en lo que no quiero
          Por ejemplo no quiero volver a pasar meses y meses besando a una rana y esperando que un día se convierta en mi principe azul. ¿Quién ha dicho que las ranas quieren besos y ser principes?...¡Estoy segura de que no quieren cambiar y desean seguir estando con sus hembras!...



                                                       ¡Ay el alcohol!

domingo, 12 de febrero de 2012

El perdón I

De momento vivo rodeada de libros de autoayuda y voy recuperando el movimiento normal del brazo. Ya puedo levantarlo hacia arriba casi sin molestia, puedo desplazarlo un poco hacia atrás, levanto pesos moderados y he empezado a hacer ejercicios para recuperar el músculo.
(¿Volveré a nadar sacando el brazo del agua y estirándolo?)
Empecé la rehabilitación un año y un día después de la agresión y voy todos días de lunes a viernes una hora hasta que me den el alta. Con la radiografía delante, el médico del Centro de Rehabilitación también dudó de mi afirmación de que no sabía cómo había sucedido… me “regañó” por ir después de tanto tiempo de producirse la lesión.
Sin embargo no mentí al principio, hasta ver la radiografía en la consulta y oir al médico decir “¡Esto tuvo que doler mucho”! no supe lo que le pasaba a mi brazo…
(… porque yo tampoco quise creerme lo brutales que fueron conmigo y bloqueé el recuerdo).
Quizá deba dar gracias porque, por separado, ninguno tiene más fuerza que yo quién sabe hasta dónde habrían llegado...  
(… Aquel día me hicieron daño físico, psíquico y económico. El daño físico fue “un extra” porque estando los dos se podían cubrir ante los tribunales -¡como fue!-, el daño psíquico no habían parado de suministrármelo desde el principio.)
¿Cómo sanar todo esto?
En el libro Aunque tenga miedo hágalo igual de Susan Jeffers, se usa la palabra poder como “el poder dentro del yo”…”poder sobre cómo se reacciona ante las situaciones de la vida, poder para hacer lo que sea necesario para el crecimiento, poder para crear alegría y satisfacciones, poder para obrar y amar” y después se lee:
…”los ególatras no tienen absolutamente ninguna sensación de poder: de ahí su compulsiva necesidad de controlar a los que lo rodean. Su carencia de poder los sitúa perpetuamente en una condición de miedo…Nadie es menos afectuosa que una persona que no tiene su propio poder y constantemente trata de obtenerlo de los demás. Esa necesidad patológica provoca toda clase de conductas manipuladoras”
Esa frase describe al individuo con el que tenido la mala suerte de encontrarme a estas alturas de mi vida. Es un ególatra que además es alcohólico. No puede dejar el alcohol porque, atrapado en su miedo de ególatra, siempre intenta dirigir-manipular a los terapeutas y para él nada es mejor que beber porque nunca tuvo el poder para amar.
¡Cómo he podido ser tan necia!
¡No me puedo perdonar!
¡Ay del alcohólico ególatra!